La Torre no avisa, simplemente cae. Su impacto es abrupto, ineludible, como un rayo que atraviesa el cielo y destruye lo que parecía inquebrantable. Las llamas consumen sus cimientos, mientras dos figuras caen al vacío, sorprendidas, vulnerables. Esta carta no habla de un final, sino de una purga, de la demolición necesaria para construir algo nuevo. La Torre es la verdad que irrumpe, el cambio que no se puede ignorar, la sacudida que nos despierta de la ilusión.

Esta carta representa la crisis, pero también la liberación. Es un recordatorio de que aferrarse a estructuras débiles solo prolonga lo inevitable. En el caos de la Torre hay una oportunidad: una vez que el polvo se asienta, queda un terreno despejado, fértil para nuevas posibilidades. La destrucción, aunque temida, también es un acto de creación.

“La Torre cae, pero en sus ruinas crece la verdad desnuda.”

En una lectura, La Torre simboliza cambios inesperados, rupturas y revelaciones. Es una advertencia de que lo construido sobre mentiras o debilidad no puede sostenerse. Invertida, sugiere que la resistencia al cambio puede intensificar la crisis o que ya se está en medio del proceso de reconstrucción.

PALABRAS CLAVE – POSICIÓN DERECHA:

• Crisis
• Transformación
• Revelaciones
• Caos
• Despertar

PALABRAS CLAVE – POSICIÓN INVERTIDA:

• Resistencia al cambio
• Miedo al colapso
• Reconstrucción
• Crisis contenida
• Transformación interna