La Rueda de la Fortuna

La Rueda de la Fortuna gira, inevitable, indiferente. No pregunta, no detiene su marcha. Desde tiempos inmemoriales, esta rueda ha sido el símbolo de los ciclos que nos arrastran, de la suerte que llega como un rayo o como un susurro. Al centro, los misterios del destino, y en sus bordes, las figuras que suben, caen, o esperan un giro favorable. ¿Es el azar quien dicta? ¿Es el destino quien manda? Quizá somos todos, piezas y jugadores, movidos por una fuerza mayor.

En esta carta habita el cambio, ese que llega sin avisar y nos voltea la mesa de la vida. Pero no todo cambio es adverso, y no toda subida es eterna. La esfinge, en su posición enigmática, vigila desde lo alto, con un acertijo que nadie puede resolver. La Rueda de la Fortuna es la promesa de que todo pasa: la alegría da paso a la tristeza, y la tristeza cede ante la esperanza. Gira y gira, y nos recuerda que lo único constante es el movimiento.

“La fortuna es caprichosa, pero también justa; su rueda es imparcial y su giro, necesario.”

En una lectura, La Rueda de la Fortuna sugiere cambios significativos, eventos inesperados que podrían abrir nuevas puertas o cerrar otras. Es el recordatorio de que todo lo que sube baja, y lo que baja sube. Cuando aparece invertida, revela resistencia al cambio, una sensación de estar atrapado en un ciclo que se repite.

PALABRAS CLAVE – POSICIÓN DERECHA:
  • Destino
  • Cambio
  • Suerte
  • Oportunidad
  • Flujo
PALABRAS CLAVE – POSICIÓN INVERTIDA:
  • Resistencia al cambio
  • Patrones repetitivos
  • Mala suerte
  • Falta de control
  • Estancamiento